A continuacion un estracto del texto en cuestion:
"La Tablita permaneció por tiempo desconocido en aguas del Lago. Sirvió de tapa a una tinaja de agua. Su pueblo le rinde honores. La Reliquia saldrá esta noche en procesión por las calles saladilleras. La veneración hacia Nuestra Señora de Chiquinquirá se inició en 1709, con la renovación milagrosa de su imagen en el Retablo. Desde esa fecha son innumerables las gracias que la Dama de El Saladillo ha dado al Zulia y a Venezuela. La Tablita recorrió las aguas del Lago y se desconoce cuánto tiempo estuvo así. La larga exposición al sol y el agua borraron la imagen. Muchas familias se acercaban a la orilla a lavar la ropa. Una mañana, la señora María de Cárdenas la encontró y la llevó a su hogar, en el sitio donde se levantó el actual monumento a la Chinita. En el libro Historia de Nuestra Señora de Chiquinquirá de Maracaibo, del hermano Nectario María, se cuenta que el trozo de madera sirvió de tapa a una tinaja de agua. Al poco tiempo una imagen religiosa se divisaba y como no apreciaba qué santo era decidió colgarla en la pared. El martes 18 de noviembre de 1709 estaba la mujer en los quehaceres diarios y escuchó en tres oportunidades golpes en la pared. La señora observó la Tablita, se sorprendió al verla iluminada y luego apreciar perfectamente a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Corrió a la calle y gritó: “¡Milagro! ¡Milagro!”. Los vecinos corrieron a la casa de la mujer y corroboraron la existencia de la imagen. La noticia se conoció en toda la ciudad. Muchas personas visitaron “la casa del milagro”. El Retablo permaneció por dos años en el mismo lugar. Luego de investigaciones —y con aval del ayuntamiento de la ciudad— se dispuso el traslado del cuadro a la iglesia parroquial. Así fue cómo el clero en compañía del gobernador y devotos la trasladaron en procesión y al doblar una de las esquinas, la Tablita se puso tan pesada que no pudieron seguir avanzando. Después de ruegos y súplicas a la Virgen uno de los presentes comentó: “¡Tal vez la Virgen prefiere ir a la iglesia de San Juan de Dios y no a la parroquial!”. Entonces la caminata cambió de rumbo y el cuadro recobró su peso y permanece —hasta hoy— en el templo donde se le venera como la Patrona del pueblo zuliano."